Carlos Mellino es un eterno agradecido de Tucumán. “Tiene mucha presencia en nosotros. Fue un bastión muy importante en nuestra carrera, y lo considero la segunda plaza en la Argentina, más allá de Rosario y de Córdoba. Siempre hemos tenido mucha adhesión, cariño y afecto; nos han hecho sentir como en casa y eso tiene para nosotros una fuerza muy importante”, afirma para LA GACETA el cantante y tecladista de Alma y Vida.

El recital que el grupo dará hoy en la provincia no es uno más: la formación cumple 45 años y es referente de varias generaciones. Esta noche no estará sola en el escenario del teatro Alberdi ya que, desde el folclore, Los Arrieros compartirán su emoción, aunque con “apenas” 30 años de trayectoria.

Esa mezcla no asusta al mítico grupo, que fue de los pioneros en fusionar géneros. “Nosotros encontramos innumerables maneras de expresarnos siempre honestamente y con disposición artística. Tener esa diversidad de conceptos y de posibilidades permitió que mucha gente se diera cuenta que Alma y Vida no era sólo un conjunto de rock, sino mucho más que eso en su conjunto y en sus individualidades. Las fusiones son extraordinarias, como las raíces. Hay que querer, entender y tocar todas las músicas, pero no soy muy partidario de fusiones raras, que pertenecen más al mundo del negocio que del arte”, puntualiza Mellino.

El músico aclara que “cargar el peso de estos 45 años, cuando está compartido con una generación que te ayuda a llevarlo, es muy fácil porque realmente hemos dado todo lo que debíamos dar con la música, pero nos devolvieron mucho más de lo que dimos”.

“Nos han alentado siempre, nos idolatraron y hecho sentir artistas, nos indicaron que lo nuestro tuvo y tiene un peso histórico que no cualquiera puede lograr, más allá de lo que significa una popularidad común y simple. Es una manera diferente de vivir la gloria, aunque suene bastante omnipotente, porque ser conocido es una cosa, ser famoso es otra y tener fama con prestigio es diferente: nosotros experimentamos la mejor de todas”, resalta.

Muchos caminos

Mellino reivindica las búsquedas sonoras amplias: “a veces, uno empieza estilísticamente de una forma, pero la música te ofrece inmunerables caminos y posibilidades; no debés cometer el error de encasillarte, porque estarías regalando y dejando de lado una enorme cantidad que anda dando vuelta por la vida y por los oídos de la gente que no tiene sentido desperdiciarla”.

Con medio siglo entre acordes, el artista reconoce que actualmente sólo escucha “a los grandes, nada más, porque uno surte su alma de cosas que lo hacen recordar, vibrar, sentir, estar vigente, que lo mantienen vivo en la excelencia, y la encuentro en muy pocas cosas”.

Su experiencia le permite también aseverar que “la industria de la música siempre tuvo un muy mal manejo, tuvo malos dirigentes y un trato muy diferente al que hay en otros países, donde triunfa lo que realmente vale y sirve”. “Hoy hay muchos más productos que artistas. Se copiaron algunas maneras de trabajar del primer mundo, sobre todo en lo tecnológico, pero subsisten falencias y carencias muy grandes en la producción de talentos y en el desarrollo de los talentos que existen, pero faltan las oportunidades y los encaminadores”, concluye.

ACTÚA HOY

• A las 21 en el teatro Alberdi (Crisóstomo Álvarez y Jujuy)